lunes, 1 de mayo de 2023

Breves notas de las fundaciones en Baja California Sur

 


La presencia de Hernán Cortés en la península de Baja California, específicamente en el puerto y bahía de la Santa Cruz, data desde mayo de 1535 después de la conquista de Tenochtitlán y su intención de explorar nuevos reinos en el océano Pacífico. Aunque Cortés se estableció en el puerto y bahía de la Santa Cruz como gobernador, la presencia de los colonos no duró mucho tiempo debido a la falta de riquezas y la decepción de no encontrar lo que esperaban. Más tarde, el interés por colonizar estas tierras se renovó en 1596 con el nombramiento del general Sebastián Vizcaíno, quien cambió el nombre del puerto y bahía de la Santa Cruz por La Paz y levantó un dibujo de la zona. La Corona Española envió algunas exploraciones para localizar la tierra en ambos litorales de la península, pero la formación de la colonia no se concretó hasta la llegada del almirante Isidro de Atondo y Antillón en 1683, acompañado por dos jesuitas, Eusebio Francisco Kino y Pedro Matías Goñi. Sin embargo esta misión sólo permaneció poco menos de dos años y tuvo que ser abandonada, retirándose, los sobrevivientes, de esta península.

En 1697, se fundó la misión de Nuestra Señora de Loreto, la primera de las 27 misiones que se establecieron en la península de Baja California. Estas misiones fueron el centro de la vida social y religiosa de la península durante más de un siglo, y permitieron la exploración y el conocimiento de la región.

La fundación de las misiones jesuitas permitió también la creación de una ruta comercial entre la península y la Nueva España. Se establecieron puertos y caminos para conectar las misiones entre sí y con la ciudad de México, lo que permitió la entrada de bienes y la salida de productos como perlas, pieles y sebo.

Sin embargo, la presencia de los jesuitas en la península no fue pacífica en todo momento. En 1767, la Corona Española ordenó la expulsión de los jesuitas de sus colonias americanas, lo que llevó a la secularización de las misiones en Baja California. Los franciscanos tomaron el control de las misiones, pero la región perdió su importancia económica y estratégica.

A pesar de todo, la presencia de los jesuitas en Baja California dejó una huella importante en la región. La arquitectura de las misiones y las obras de arte que se conservan en ellas son un testimonio de la labor de los misioneros en la región. Además, la exploración de la península permitió el conocimiento y la conservación de su rica biodiversidad.

La historia de la fundación de Santa Cruz y de la península de Baja California es compleja y está llena de contrastes. Aunque la presencia de Hernán Cortés en la región no tuvo un impacto duradero, la llegada de los jesuitas y la fundación de sus misiones permitieron la exploración y la colonización pacífica de la península. La historia de Baja California es un ejemplo de cómo la exploración y la colonización pueden tener impactos diversos y de cómo la preservación de la biodiversidad y el respeto por las culturas nativas son fundamentales en cualquier proceso de colonización.

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